Para alcanzar un estado nutricional adecuado que nos permita mantener nuestro peso en los límites saludables hay que incorporar a nuestra dieta diaria una amplia variedad de alimentos:
- Optar por ensaladas y/o verduras como guarnición en lugar de patatas fritas habitualmente.
- Entre las carnes elegir las preparadas con menos aceite: a la plancha, a la parrilla, al horno etc…
- Priorizar el consumo de pescado.
- Vigilar el volumen de los platos: tratar de no servirnos dos veces del mismo plato y procurar que las verduras ocupen la mayor parte del mismo.
- Preferir los postres a base de frutas y los lácteos desnatados.
- Durante la cena se debe intentar elegir alimentos fáciles de digerir, como verduras cocidas, sopas, pescados o lácteos.
- Cocinar y condimentar los alimentos y comidas preferentemente con aceite de oliva.
- Consumir alimentos integrales (pan, cereales) y jugos de frutas.
- Asegurar un adecuado consumo de productos lácteos.
- La compra de los alimentos es el momento donde elegimos lo que vamos a consumir, por ello debemos elegir las opciones más nutritivas y seguras, planificar con tiempo que tipo de alimentos necesitamos y en qué cantidad, salir a la compra con tiempo y sin hambre para elegir la mejor opción y para leer la información nutricional que aparece en la etiqueta de los envases.
Recordad que Las dietas milagro no existen. La sociedad actual quiere adelgazar,….pero nos mantenemos sedentarios y nos movemos poco en el día a día. Somos capaces de “torturarnos” no comiendo o comiendo durante días un solo alimento o pasando mucha hambre y no somos capaces de adoptar hábitos saludables a largo plazo que requieren un menor esfuerzo y permiten alcanzar un mayor beneficio para nuestra salud.
Tenemos que convencernos de que no existe ninguna fórmula mágica, ni milagrosa para tener una imagen que en muchos casos es inalcanzable, ya que es un estereotipo que ha fijado la sociedad de consumo y cierta industria, sin escrúpulos, del adelgazamiento apoyada por una publicidad engañosa para obtener un gran beneficio económico, a cambio de graves repercusiones físicas y psíquicas en nuestra salud y desordenes alimentarios que desencadenan trastornos alimentarios tan graves como la
anorexia y la bulimia en nuestra sociedad actual.
La fesnad advierte que las dietas milagro aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, varios tipos de cáncer, fallo renal y hepático, así como osteoporosis.
También contribuyen a la adquisición de malos hábitos alimenticios con la consecuente repercusión a largo plazo.
Además siempre van a tener mayor riesgo las personas con problemas de salud.
Van asociadas a una ingesta deficitaria de vitaminas y minerales lo que provoca alteraciones a todos los niveles (trastornos metabólicos, gastrointestinales, cardiocirculatorios, en la piel, pelo y uñas, depresión, insomnio, ansiedad, irritabilidad, distorsión de la imagen corporal, bulimia o anorexia nerviosa).